domingo, 3 de febrero de 2019

LA NIÑA DEL ZAPOTE

Post oleh : Unknown | Rilis : febrero 03, 2019 | Series :

Lo despertó el teléfono, pasaban las dos de la mañana, era personal de la Secretaría de Salud, le pidieron acudir al Hospital General de Tlaxcala para identificar a uno de los trabajadores del ayuntamiento quién tenía una crisis nerviosa.


Acudió apresurado y efectivamente se trataba del vigilante, quien, después de la media noche y acostado en la parte de atrás del estacionamiento, escuchó el crujir del azulejo, el miedo no le permitió moverse, el sonido cada vez se escuchó más cerca de él, hasta que una niña sollozó su nombre.

En ese momento se levantó y salió corriendo del edificio que tiene una antigüedad de casi 500 años.

“Tuvimos que darle incapacidad y eso está documentado”, afirmó Omar Milton López, regidor de la comisión de educación del ayuntamiento de Tlaxcala y quien trabajaba en el área de recursos humanos cuando dio trámite a una incapacidad por crisis nerviosa.

“La leyenda de la niña que vive en el ayuntamiento ha sido muy recurrente, administración tras administración”, señaló.

En otra ocasión, relató que estaban en auditoría, de esas veces que el trabajo se alarga hasta la madrugada, cuando uno de sus compañeros llegó a la oficina, pálido y pidiendo que lo dejaran de asustar, pues pensó que le habían jugado una broma.

– Cuando le preguntamos qué pasa, nos dijo que al estar metido en el trabajo se acercó una niña que le pedía tamales, que le convidara un tamal, él inconscientemente le contesta que no, “no hija, no hay tamales” y es cuando le cae el veinte de la hora y que a esas horas una nena no puede estar en el ayuntamiento, por lo que salió corriendo.

“Las personas que la han visto, coinciden en que es una niña muy juguetona, un ser que se aparece pero no trata de perjudicar a nadie, es muy juguetona”, asegura al contar las historias, sentado en una banca del patio donde se ha visto más veces ese espectro.

De acuerdo con la leyenda, hace casi 500 años, el edificio que ocupa la administración municipal era una vivienda, y en el patio se encontraba el árbol de un zapote, que cargaba en una de sus ramas un columpio.

“Y esta nena se columpiaba en este zapote que tenemos justo aquí enfrente, se columpiaba, cae de espaldas y se desnuca la menor, y desde entonces empieza un peregrinar”, relata.

Agrega que el zapote siempre le llora a la niña, pues “se tunde de más, y es un tiradero de zapotes tremendo, que es la temporada donde se presupone que es cuando la niña falleció y es cuando le llora este zapote a la nena”.

Historias así se conocen en cada administración y lo que hacen los trabajadores que han tenido un encuentro con ella es “ponerle un juguetito a la niña en la ofrenda y pedirle que lo tome y que los deje trabajar”.

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